martes, 22 de marzo de 2011

Cody's Story



Sin comparación alguna, me recuerda mi niñez. Yo comencé a caminar a los cinco años con dos aparatos ortopédicos que fabricaba mi padre con ayuda del herrero. Por la noche utilizaba otros dos, y un arco de madera con una bombilla proporcionaba calor a mis piernas para facilitar la circulación sanguínea. Aprendí a flotar en una especie de alberca de cemento que construyó mi padre en el patio (cada vez que entraba, subía el nivel del agua unos centímetros), y a nadar en un río de aguas cristalinas en el que había ranas, libélulas y cangrejos. Luego, perfeccioné mi estilo en las piscinas y, si hubiera tenido oportunidad, podría haber competido con otros discapacitados. Incluso lo hago mejor que muchas amigas sin discapacidad, jajaja.

Ahora, después de más de quince intervenciones quirúrgicas, no utilizo aparatos ortopédicos; sólo dos bastones de codo.
Por favor: no se pierdan este vídeo. Cuando lo muestro a conocidos, me dicen: "¡póbrecito!". A lo que contesto: "pobrecitos los niños que no pueden gozar de una infancia como la de Cody". Cody tiene una infancia feliz, pero hay muchos niños sin discapacidad que no la tienen. La diferencia estriba en que Cody se siente amado por SUS PADRES. LA FAMILIA juega un papel importantísimo en el desarrollo y madurez de los niños, sean o no discapacitados. Yo no diría de Cody: "¡Pobrecillo!". Es un ejemplo de superación y se le ve contento. Gracias por seguir este blog. Es un trocito de mi persona que disfruto compartiendo con ustedes.