lunes, 30 de enero de 2012

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CONSEJOS: PRIMERO INFORMAR, DESPUÉS ACTUAR

Cierre los ojos e imagine que está en un lugar oscuro. No puede ver, apernas oír. Sus manos y pies permanecen inertes. De repente, alguien empieza a manipularle. Le coge las manos y se las cambia de posición, le mete cucharadas en la boca con una papilla que le chorrea por las comisuras pero no puede limpiarlas, le obliga a beber agua y a tragar comprimidos. Suponga que le tumban en una cama y le voltean sin hablar con usted. Quiere comunicarse pero de sus labios salen frases incoherentes. Para colmo, nota que su situación no cambiará hasta que marche de este mundo. ¡Como para volverse loco! ¿Verdad?

Ahora piense en una persona mayor que ve muy poco, apenas oye y casi no puede moverse. Años atrás sufrió un accidente cerebro-vascular que le impide la movilidad y le afecta al lenguaje. Sus cuidadoras la manipulan como si de un muñeco se tratase sin tener ninguna noción de lo que van a hacer con ella. Como es natural, se pone muy nerviosa y le obligan a tragar tranquilizantes que le afectan a la musculatura e incluso hacen más lenta su respiración incrementando su falta de movilidad y su tortura. En esa situación ¿qué ser humano no se pondría nervioso? La mayoría de los "profesionales" sanitarios dicen que se trata de UNA PERSONA AGRESIVA (el colmo de la manipulación del lenguaje). Dramático ¿verdad? Pues esta historia se repite una y otra vez en la mayoría de enfermos con edad avanzada (por supuesto, a un enfermo joven y guapo no lo tratan así). Tampoco quiero generalizar pues hay profesionales verdaderamente preparados.

Ahora mi consejo: A UNA PERSONA MAYOR HAY QUE HABLARLE E INFORMARLE DE LO QUE SE VA A HACER CON SU PERSONA ANTES DE ACTUAR. TIENE DERECHO A SABERLO. Ya que no puede elegir, necesita conocer lo que ocurre a su alrededor y con su propio cuerpo. Pongo algún ejemplo sencillo: "María: voy a ponerle un zapato. No se asuste...". Así, la persona afectada se sentirá más tranquila y no podrán tildarla de agresiva.