domingo, 18 de diciembre de 2011

RECUERDO DE UNA INFANCIA: LA TORMENTA Y EL ROSARIO DE TÍA ELADIA

Cuando había tormenta, mi madre nos envolvía a mi hermana y a mí en lo primero que pillaba (una toalla grande) y nos llevaba a casa de las tías con un miedo horroroso. Allí, tía Eladia (no era tía nuestra pero así llamábamos a todas las señoras del pueblo) recitaba el rosario y la letanía que se sabía de memoria en latín, y la seguíamos las tías verdaderas, las vecinas y las niñas. El caso es que para rezar nos situábamos en un pasillo largo que comunicaba la puerta de la calle con la del patio formando una corriente terrible con la idea de que, si entraba un rayo, pudiese salir. Las puertas quedaban de par en par. Solo estaban protegidas por una cortina de tela. O sea, que nos colocábamos donde más peligro había.

Ahora lo recuerdo y pienso que si el rayo no pasó fue porque estábamos rezando el rosario.

En aquella época, las personas tenían mucho miedo a las tormentas. Esto era porque todas las casas de los pueblos tenían chimeneas (no había otra forma de calentarse y cocinar, si no se hacía fuego). Como las chimeneas son altas y forman una corriente intensa, atraían a los rayos y morían algunos parroquianos. Las historias sobre el tema se extendían. Por eso se reunían a rezar hasta que pasaba la tormenta. Recuerdo la oración que repetía mi madre aterrorizada: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal: líbranos Señor de todo mal”.

http://www.javieralonsosandoica.es/2011/12/18/el-cura-y-la-tia-julia-de-joaquin-leguina/

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